Pianistas del Siglo XX
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jueves, 27 de enero de 2011
Serkin Rudolf (1903 - 1991)
Nació en una familia judía de origen ruso. Cuando Serkin tenía nueve años, su familia se trasladó a Viena, donde comenzó sus estudios musicales. Su extraordinario talento hizo que se le considerara un niño prodigio y que debutara con la Orquesta Filarmónica de Viena en 1915, con doce años de edad. Sin embargo su verdadera carrera profesional no comenzó hasta 1920, tras rigurosos estudios de piano con Richard Robert y de composición con Joseph Marx y Arnold Schönberg.
En 1920, a los 17 años conoció al violinista Adolf Busch, con quien establecerá una intensa relación humana y artística. Se traslada a vivir a Berlín con Busch y su familia (su hija Irene, entonces con 3 años de edad, se convertirá 15 años más tarde en la mujer de Serkin). Busch había creado un conjunto de cámara (el Cuarteto Busch) con el que difundía la música alemana y con el que tocaban importantes solistas como Marcel Moyse, Aubrey Brain o Reginald Kell. Durante la década de los 30 Serkin grabará con este grupo obras de Beethoven, Bach y Schubert en los estudios de Abbey Road de Londres. Estas grabaciones son un tesoro discográfico por su carácter pionero y por su prodigiosa calidad artística.
En 1933, el dirigente nazi Hermann Goering le propone puestos importantes, aunque como judío Serkin debería renunciar a los conciertos públicos. Serkin decide exiliarse y Adolf Busch, ario sin tacha, sigue el mismo camino. Se instalan primero en Viena y después en Suiza. Serkin se traslada a los Estados Unidos en 1939, donde ya había tocado con gran éxito. Su primer concierto lo en aquel país lo había dado en el Coolidge Festival de Washington en 1933 y en 1934 ya había tocado con Arturo Toscanini y la Orquesta Filarmónica de Nueva York; Su primer recital en el Carnegie Hall fue en 1937.
Horowitz Vladimir (1903 - 1989 )
Berdichev, Ucrania, 1903-Nueva York, 1989) Pianista estadounidense de origen ruso. Empezó a estudiar piano con su madre cuando tenía seis años, y a los quince entró en el Conservatorio de su ciudad natal, donde fue alumno aventajado de Felix Blumenfeld. Ofreció su primer recital en Jarkov (1922), obteniendo un gran éxito; la temporada 1924-1925 realizó más de setenta conciertos, algo insólito en aquella época. A partir de ese año, invirtiendo su propio dinero, emprendió diversas giras por Alemania, Francia y el Reino Unido, revelándose como uno de los más virtuosos pianistas de su época. En París, el representante estadounidense Arthur Judson le ofreció un contrato para realizar una gira por Estados Unidos en 1928. Su debut tuvo lugar en el Carnegie Hall y el concierto, como la posterior gira, lo consolidaron como uno de los más importantes pianistas del siglo XX. En 1933 emprendió una gira con Arturo Toscanini para tocar como solista el concierto Emperador, de Beethoven, gracias a lo cual conoció a Wanda, la hija del legendario director, con la que se casaría poco después en Milán. En 1940 se estableció en Nueva York, y dos años después le fue concedida la nacionalidad estadounidense. En 1953 decidió retirarse de los escenarios, y durante doce años se dedicó a formar jóvenes talentos del piano, y a realizar sus primeras grabaciones. En 1965 volvió al escenario concertístico y continuó grabando sus interpretaciones, de entre las que destacan las obras de Chopin, Liszt, Skriabin, Debussy y Prokofiev, aunque sus excelentes dotes musicales le permitían abordar con sumo virtuosismo todo repertorio. En 1986 efectuó una histórica visita a Rusia, que levantó gran expectación. Mantuvo sin altibajos su actividad pianística casi hasta el final de su vida.
De Larrocha Alicia (1923 - 2009 )
(Barcelona, 23 de mayo de 1923 - Barcelona, 25 de septiembre de 2009) fue una pianista española, reconocida como la de mayor proyección internacional, y una de las mejores intérpretes de piano del siglo XX especialmente en obras de Mozart y del repertorio español.Acumula entre otros premios, cuatro Grammy, la Legión de Honor francesa y el Premio Príncipe de Asturias de las Artes de 1994. Además, era Académica de Honor de la Real Academia de Bellas Artes de Nuestra Señora de las Angustias de Granada, donde representaba la letra B.
Pianista precoz, empezó sus estudios musicales a la edad de tres años: Descubierta por Frank Marshall, discípulo de Enrique Granados, la incorporó a la prestigiosa Academia Granados, de la que era continuador. Allí conoció a Arthur Rubinstein, Alfred Cortot y otros grandes pianistas de la época. Cuando Marshall abandonó España en 1936 se vio obligada a proseguir sus estudios por su propia cuenta hasta 1939, cuando reanudó el trabajo con su maestro hasta la muerte de éste, continuando sus pasos al frente de su academia desde 1959.
Interpretó su primer concierto con seis años, en la Exposición Universal de Barcelona de 1929, y a los once participó en su primer concierto oficial, con la Orquesta Sinfónica de Madrid. A partir de 1939 ofreció conciertos con diferentes orquestas europeas, pero es en 1954 al protagonizar una gira por los Estados Unidos con la Orquesta Filarmónica de Los Angeles, invitada por Alfred Wallenstein, cuando empieza su reconocimiento internacional por su impecable técnica al piano. Desde entonces, hasta el 2003 (año de su despedida de los escenarios), dio más de 3.500 conciertos por los 5 continentes, aunque fue en Norteamérica donde fue más requerida, haciendo 3 giras anuales (de tres meses cada una).
Alicia de Larrocha ha grabado multitud de obras al piano, pero es especialmente reconocida por sus interpretaciones de autores españoles. En particular, de composiciones de Manuel de Falla, Enrique Granados e Isaac Albéniz —autor este último al que estuvo ligada a lo largo de su vida, con sus versiones de la suite Iberia o de ediciones como la de las sonatas de Antonio Soler, en 1967.
En 1950 contrajo matrimonio con, el también pianista, Juán Torra (fallecido en 1982) y tuvieron 2 hijos: Juán Francisco (1957) y Alicia (1959). Sólo tuvo una nieta, Claudia (1992).
En 1959, año del fallecimiento de su maestro Frank Marshall, fue nombrada Directora de la Academia Marshall, continuadora de la Academia Granados, donde además de supervisar la labor docente del centro impartía, cuando su dilatada agenda concertística se lo permitía, clases magistrales de piano, especialmente de música española.
La pianista falleció el viernes 25 de septiembre de 2009 en el Hospital Quirón de Barcelona a los 86 años como consecuencia de la evolución de un proceso cardiorrespiratorio.
Rubinstein Arthur (1887 - 1982)
(Łódź, Polonia, 28 de enero de 1887 - Ginebra, 20 de diciembre de 1982) fue un pianista polaco de origen judío, célebre por sus interpretaciones de Chopin y de muchos otros compositores.
Si algo marca la carrera de este extraordinario pianista, al que Thomas Mann calificó como "virtuoso feliz", es, junto con su inconfundible sonido, su fama de vividor, de humanista y de persona embriagada por la “joie de vivre”.
Fue el séptimo hijo de una familia judía de tejedores afincada en Polonia. Empezó a estudiar piano a los tres años. Poco después pasó a la tutela del músico Alexander Rozincki, que rápidamente se desesperó ante la pereza del pupilo para realizar los ejercicios que se le exigían. Su enorme talento musical le llevó sin embargo a dar su primer concierto en público cuando contaba sólo con seis años. Las posteriores experiencias con profesores polacos siguieron igualmente un curso desafortunado, y en 1897 marchó a Berlín para conocer a Joseph Joachim, afamado violinista y amigo de Johannes Brahms. El músico alemán quedó maravillado y se ocupó inmediatamente de su educación musical, en la cual también participaron Max Bruch, Heinrich Barth y Robert Kahn. En 1900 se presentó ante el público berlinés bajo la dirección de Joseph Joachim y acompañado por la Orquesta Filarmónica de la ciudad interpretando el Concierto para piano no. 23 de Mozart, el Concierto para piano no. 2 de Camille Saint-Saëns, piezas de Schumann y de Chopin. Le siguieron otros conciertos en Alemania y en Polonia.
En 1904 debutó en París, donde poco más tarde fijaría su residencia. Dos años después daría su primer concierto en los Estados Unidos, en el Carnegie Hall, con la Orquesta Filarmónica de Filadelfia. El recibimiento fue frío, y la gira posterior en tierras norteamericanas tampoco estuvo marcada por el éxito. Siguieron conciertos en Austria, Italia y Rusia. En 1912 debutó en Londres, donde se le pudo oír como solista y compañero del violonchelista Pau Casals. Durante la Primera Guerra Mundial vivió principalmente en la capital británica. Ejerció de traductor, pues dominaba ocho idiomas, y tocó junto al violinista Eugène Ysaye. Conciertos en Sudamérica y España (1916/1917) despertaron su interés por Isaac Albéniz, Manuel de Falla, Enrique Granados y Villa-Lobos, cuyas piezas pasarían a partir de entonces a formar parte de su repertorio. Debido a un juramento realizado al estallar la guerra, no volvió a actuar en Alemania a partir del 1914. En los años veinte, después de una segunda gira por los Estados Unidos, tocaría principalmente en Europa.
Durante toda esta época reconoce Rubinstein que se salió un poco del camino y se dedicó a la tarea principal de un niño prodigio, “librarse de la inmadurez”. Según sus confesiones, se entregó a los placeres carnales; falto de ganas y de disciplina, se dedicaba al piano y en los conciertos confiaba ciegamente en su talento y su musicalidad: “De joven era vago. Tenía talento, pero había muchas cosas en la vida que me interesaban más. Grandes vinos, mujeres guapas, en la relación 20% y 80%, respectivamente”, motivo por el cual posiblemente nunca alcanzó la perfección técnica de sus concurrentes. Se designaba a sí mismo como “el último tahúr” entre los pianistas, hecho que posiblemente determinaba sus lugares de actuación. Le agradaba tocar en los países del sur, especialmente en España. Allí gustaba su temperamento desenfrenado, su ligereza, su ímpetu. Los cuatro conciertos planeados para el año 1916 pronto terminaron siendo más de cien. Se hizo amigo de la Casa Real, y el rey Alfonso le otorgó un pasaporte español para que pudiera viajar libremente en sus recitales en plena Primera Guerra Mundial. Tal era su reconocimiento que muchos países de habla hispana le declararon hijo adoptivo y se convirtió en uno de los más significantes intérpretes de su música. No gozaba de la misma celebridad en los Estados Unidos e Inglaterra. Dice Rubinstein con cierto sarcasmo y autocrítica: “La gente allí cree que paga para oír todas las notas. Yo, pero, dejo caer unas cuantas debajo de la mesa, alrededor de un 30%, y la gente se siente estafada. No podía estar sentado de ocho a diez horas delante del piano. Yo vivía para cada minuto. Admiro a Leopold Godowsky. Necesitaría quinientos años para tener su técnica. ¿Pero qué tuvo él de todo esto? Era un hombre infeliz, tenso, que se sentía mal cuando no estaba sentado al piano. ¿No dejó pasar su vida?”. Alguna vez dijo Rubinstein que Paul Dukas contribuyó a su salvación: “Diviértase cuanto quiera, pero no se eche a perder. París no es para usted. Vuelva a Polonia, encárguese de curarse en cuerpo y moral, beba leche, salga a montar en caballo, váyase a dormir a horas decentes, conviértase en un hombre honrado”, le dijo. Añade Rubinstein: “Fue un consejo muy sabio, y lo mejor es que lo seguí.”
Al parecer, dos hechos harían dar un giro a su vida, en ese momento: su boda en 1932 con Aniela Mlynarski, hija del famoso director polaco, y la brillante actuación de Horowitz en París. Según palabras del propio Rubinstein: “Vi en él al nuevo Liszt, capaz de dominar su época. Quería tirar todo por la ventana. Antes de morir, quiero demostrar aquello de lo que soy capaz. Cerré los puños, no por mucho tiempo debido a mi profesión, los abrí de nuevo y empecé a trabajar duramente. Tenía que vengarme. No de Horowitz, sino de mí mismo”.
Desde este momento asumió Rubinstein con renovadas fuerzas su dedicación a la música, se impuso autodisciplina y llegó a practicar hasta dieciséis horas al día. Semejante esfuerzo tuvo su recompensa, ya que tras su reaparición en el Carnegie Hall en el año 1937 fue aclamado como un genio y toda la gira por los Estados Unidos fue triunfal. Pudieron al fin escuchar el porcentaje de notas pertinente. Con cincuenta años se había convertido en un gran pianista.
Tras la invasión alemana de París en la Segunda Guerra Mundial, se trasladó con su familia a los Estados Unidos, país cuya nacionalidad obtuvo en 1946.
En las décadas siguientes dio conciertos por todo el mundo, realizó multitud de grabaciones y trabajó con músicos de renombre como Jascha Heifetz, Emanuel Feuermann, Henryk Szeryng y Gregor Piatigorsky. En 1958 volvió a tocar, después de más de veinte años de ausencia, en Polonia, donde el público le honró con lágrimas y una ovación en pie, la segunda en la historia de este país, después de la que recibiera Paderewski. Siguió tocando hasta una edad muy avanzada, siendo capaz de interpretar en una misma noche los dos conciertos de Brahms. Una ceguera progresiva le obligó a retirarse en 1976 ante el público londinense en Wigmore Hall.
ARRAU CLAUDIO (1903 - 1991)
(Chillán, Chile, 7 de febrero de 1903 - Mürzzuschlag, Austria, 9 de junio de 1991) fue un célebre pianista chileno famoso en todo el mundo por sus interpretaciones profundas de un repertorio extenso que atravesaba desde la música del Barroco hasta los compositores del siglo XX. Se le considera uno de los pianistas más grandes del siglo pasado, avalado por sus múltiples galardones. Arrau fue estudiante prodigio del maestro alemán Martin Krause, quien dijo sobre el chileno: "Este niño ha de ser mi obra maestra".
Hijo del doctor Carlos Arrau Ojeda y de Lucrecia León Bravo de Villalba, la familia Arrau descendía de Lorenzo de Arrau, un ingeniero español de la Colonia. Cuando Claudio tenía apenas un año, su padre falleció, producto de un accidente ecuestre; la familia Arrau tuvo importantes deudas sin pagar entonces. Esto motivó a su madre a dedicar tiempo completo a su oficio, la enseñanza de la ejecución del piano.Niño prodigio, a los 3 años ya leía partituras y a los 5 años ofreció su primer recital en su ciudad natal. Tras una sesión de piano frente al Presidente Pedro Montt y Montt y el Congreso Nacional, se le otorgó una beca para seguir estudios en Berlín en el Conservatorio Stern, junto al destacado profesor Martin Krause, uno de los últimos discípulos de Franz Liszt.
Durante ese periodo ganó varios premios, incluyendo el Primer Premio del Concurso de la Casa Rudolph Ibach y la Gustav Holländer Medal. En 1914 ofreció su primer recital en Berlín y luego comenzó una extensa gira por Alemania y Escandinavia, mientras que en 1918 realizó una gira por toda Europa. En esa época, actuó junto a las principales orquestas bajo directores como Nikisch, Muck, Mengelberg y Furtwängler.
Martin Krause falleció en 1918, hecho que sumió a Arrau en una depresión. Tal era el respeto que debía a su maestro que, tras este hecho, dio su formación musical por completa, no teniendo posteriormente ningún otro profesor.Supo reponerse y siguió dando conciertos, hasta que, en 1920, recibió el Premio Liszt por dos años consecutivos.
En 1925 recibió el nombramiento de Profesor del Conservatorio Stern. En 1937 se casó con Ruth Schneider, mezzosoprano, con la que tuvo tres hijos.
Arrau siempre reconoció en Pablo Neruda un artista y autor "non plus ultra", y dijo que para él habría sido un honor que el poeta lo considerase su amigo.
En 1941, Arrau se trasladó a Estados Unidos debido a la consolidación del nazismo. La decisión se vio motivada por el asesinato de un discípulo y por la persecución en la que se vio envuelta su mujer, de origen judío. Instalado en Nueva York, fundó en 1943 la "Academia Claudio Arrau" con Rafael de Silva.
En 1980 la Orquesta Filarmónica de Berlín le otorgó la medalla Hans von Bülow. En 1983 recibió el que, quizás, fue su más grande honor, ya que fue condecorado con el Premio Nacional de Arte de Chile, hecho que según el mismo pianista era su consagración definitiva, señalando que"ser reconocido por la gente y la tierra donde uno nació es para mí la consagración definitiva. A uno lo pueden distinguir los amigos, los admiradores y los críticos, pero si falta el reconocimiento de la propia familia, el honor y la fama son incompletos. Ahora la familia chilena ha decidido concedérmelo y mis sentimientos son una mezcla de gran humildad y emocionada satisfacción."
Claudio Arrau León falleció en Mürzzuschlag, Austria, a los 88 años, el 9 de junio de 1991. Sus restos están sepultados en el cementerio de Chillán por voluntad testamentaria.
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